jueves, 9 de octubre de 2014

Lejía

Hoy desperté de buen humor, me levanté tarde y desayuné leche con pan y mantequilla. Luego decidí imitar a Ariana Grande en mi cuarto, cerrando todas las ventanas para que nadie escuche mis alaridos. Mi madre ya se había ido a trabajar; luego de terminar, según yo, 5 videoclips contando con esos en los que ella actúa en presentaciones en vivo, estoy agotada, sudorosa (aunque yo no sudo), por suerte solo tengo puesto un buzo ligero. Me resbalo con un gogo. Es un muñeco del tamaño de un pulgar, algo me recuerda del pacto que hicimos Diego, mi primo, y yo. "Te doy el gogo, solo para no olvidar de nuestra feliz y cagada infancia. Lo guardas, porque si me lo quedo yo, lo perderé". Y aquí está, debajo de mi arduoso cuerpo. 
Me levato, sacudo la tierra del piso y lo recojo.

Luego agarró la escoba, barró, empiezo a toser, pero el polvo acumulado de meses no me derrota. Sigo y sigo. Tiendo la cama, limpio todos los muebles, acomodo la ropa, boto papeles que no me sirven, ordeno mis libros de acuerdo a tamaño (solo porque soy floja y no lo quiero hacer alfabeticamente) meto la ropa a la lavadora, limpio los trastos, limpio mis zapatos, sacó la ropa sucia, tiendo ropa, saco ropa limpia, lavo las joyas de mamá, canto un dúo con Taylor Swift. Luego canto en español con Los prisioneros, hago un solo de guitarra. Empiezo a llorar con las canciones de One Direction. Me seco las lágrimas. Canto, bailo, me sacudo y tambien sacudo los muebles. Limpio las lunas y los espejos.

La tierra insiste en adquirir el poder de mis pulmones, pero esta vez, viene con fuerza y me hace estornudar, el moco sale con puntitos negros. Esta es una guerra a muerte. Decido lavarme la cara, sigo con mocos. Pero nadie me detiene. Luego de una ardua batalla entre la mugre y yo. Soy victoriosa. Mamá llama. Nos encontramos a la 1:30 pm para almorzar. Me cambio me peino y me lavo la cara. Salgo a la calle, debo admitir que no utilizo ninguna clase de maquillaje, ni siquiera cremas. Mi buzo es ancho, llevo un polo ancho, ha salido el sol. Odio el sol. La gente me mira. Despues de haber limpiado toda la mugre de mi casa, ahora yo soy la mugrienta.

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