miércoles, 8 de octubre de 2014

Entre el cielo y el infierno.

Aprendo ser audaz todos los dias de mi vida debido a mi madre. Cuando soy lenta o torpe, se amarga; si el error a sido garrafal, se recompensa castigandome, si no ha sido nada solo me lo dice. Acabo de llamar a papá, lo que le pido no lo cumple y me cambia de tema, juega conmigo y con mis pedidos. Me dice de un tal tío Pachuco, "¿quien es?" tampoco es que quiera conocerlo, me dice que se emborracha, tampoco me importa. Me cuenta que lo atropellaron, luego me dice qué es lo que haré el 21, pues es mi cumpleaños (cosa que odio que me hagan recordar, me hace sentir vieja, que no vivo la vida como quiero vivirla) Le digo que nada, solo estaré en casa. La conversación es corta termina con un comun, irritante y desabrido "Cuidate, abrigate".

Y ahí es donde talvez mi padre piensa: "Le regalaré plata, no le quiero comprar nada, lo unico que ella quiere es dinero", talvez mi madre piensa:"Cómo puede dejar que le cambie de tema, no parece mi hija", ahí es talvez donde el tío Pachuco piensa: "¿Cómo me rompí la pierna? yo solo tomaba una copa", talvez yo pienso: "Que desgraciada soy"

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