jueves, 17 de diciembre de 2015

Te quedarías conmigo?

Pienso que merezco algo mejor. Algo que me haga feliz. Algo que no me haga llorar en las noches y me quite el sueño. Quiero algo indestructible. Cualquier cosa, menos un diamante... (ni mi humor me hace reír, que miserable).

En menos de una hora será, mi graduación. Estoy vestida, mi uniforme esta planchado y mis zapatos sin lustrar. Mi cabello desordenado. Mi madre le paga a un tipo alto y algo mayor, "adiós, señorita". Lo decía en serio o simplemente se burlaba de mi aspecto y mi rostro cansado.

Cansado de qué. No lo sé. No sé. A lo mejor es por que dormí cinco minutos en el sofá. Cuando me paré, mis riñones querían explotar. En las noches tampoco descanso mucho. Mi rutina a partir de ahora se basa en trabajar en las mañanas y ayudar a trabajar a mi mamá en las tardes hasta que oscurezca. 

¿Mis estudios? Por ahora no los tendré. Mi mamá no está muy bien. Bueno yo tampoco lo estaría sabiendo que tengo un corte en el pecho y no poder estirar tus brazos ni respirar hondo; a parte de tener otra operación complicada el 31 de Diciembre. En las noches se queja y tiene que dormir con millones de almohadas. Mis hábitos alimenticios disminuyeron. Por alguna razón no tengo hambre, así que eliminé el arroz en plato, desde hace tiempo eliminé la carne roja, y por alguna razón me he vuelto fanática de la palta. Mi limpieza también se esfumó. Recién ayer me bañé...por que mi madre me mandó a hacerlo. Debo alegar también que me obligó a salir con mis amigos... amigos... suena tan raro.

En fin, lo hizo. Me botó de empujones de la casa, perfumada, oliendo a jabón y a shampoo, con veinte soles en el bolsillo y una cartera rosa que tenía guardada. Me sentía vulgar, limpia y sana. Completamente anti-yo. Obviamente insistí en que no quería salir (jamás quiero salir). De alguna forma, mientras más personas hablan, menos ganas tengo yo de hablar. Así que dije mi típico discurso, no es necesario que vaya, estoy bien, no huelo tan mal, tampoco me quiero bañar, no corras las cortinas, la luz me quema.

A lo que mi mamá dijo, estas deprimida, no puedes seguir así. Yo soy la de la enfermedad, tu no. Tu amiga ya me llamó, irás. No me importa, báñate y lávate bien el cabello. Se sociable, es por tu salud mental.

Cuando caminaba, yendo a mi importante salida con mis mejores amigos de toda la secundaria, que obviamente fue una maravilla; notese el sarcasmo. Pensé que era suficiente con saber que estas deprimida, lo peor viene cuando tu madre te lo dice.